Los perros que salvaron de la difteria a cientos de niños

El 22 de enero de 1925 la oficina de telégrafos militar de Washington D.C. recibió un mensaje urgente procedente de un pequeño pueblo de Alaska: «Epidemia de difteria casi inevitable aquí. STOP. Necesidad urgente de un millón de unidades de antitoxina de difteria. STOP. Correo es la única forma de transporte. STOP. Ya pedí la antitoxina al Comisionado de Salud del Territorio. STOP. Hay alrededor de 3000 nativos blancos en el distrito. STOP». El médico Curtis Welch solicitaba auxilio para frenar una enfermedad que ya se había cobrado la vida…

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