Un réquiem por las plantas invasoras

Amanece en el municipio de Lemoiz. Una gaviota planea suspendida sobre la bruma del mar que trata de recuperar lo que antaño se conocía como la cala de Basordas. Las cúpulas de los reactores desvelan la presencia de la central que permanece impasible ante la presencia del enemigo. Ya se adivinan sus lanzas, bailando ostentosas al ritmo de los vaivenes del viento al tiempo que descienden por las laderas adentrándose cada vez más en los dominios de la bestia que nunca despertó. Se trata de una legión invasora de Cortaderia…

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