Cuando vamos a la playa y colocamos la toalla es importante hacerlo más arriba de la línea de la marea, no vaya a ser que cuando suba se nos moje todo. Esto al menos en el cantábrico, debido a que hay una variación marcada entre la marea baja y la alta. Yo he visto toallas mojadas y chanclas flotando de personas despistadas a las que la subida del agua les ha pillado desprevenidas con una ola durante la pleamar. Por esa misma razón me sorprende que en la costa mediterránea la gente se sitúe en la misma orilla. Pero claro, allí las mareas no son de metros, sino de apenas veinte centímetros y no es habitual el fuerte oleaje.
Pero perder las chanclas o escurrir una toalla no son las únicas razones para estar pendientes de la mareas. Las construcciones en la costa como canales deben tenerlas en cuenta para evitar desbordamientos. La altura de un puente debe ser tal que los barcos puedan seguir pasando con la máxima pleamar. Y las zonas que en bajamar tengan poco calado deben ser señalizadas con boyas. Las embarcaciones deben contar con las corrientes de entrada y salida de agua en especial si hay una entrada al puerto estrecha. Los puertos se construyen contando con las mareas para que los barcos no encallen ni las aguas sobrepasen los muelles y diques.
Incluso en actividades de ocio como la pesca o el surf o cuando es un medio de vida como los mariscadores o buceadores las mareas son a tener en consideración. Para la gente de la costa las mareas influyen de una manera u otra. A veces puede pasar desapercibido, pero que las aguas marinas suban y bajen de manera cíclica varios metros y todo permanezca sin cambio aparente hay mucho estudio y cálculo detrás. Desde las calculadoras de los ingenieros a la fecha y hora de celebración de una competición acuática. Adaptación a las mareas y si no que se lo pregunten a los seres vivos que se desarrollan en las zonas entre la pleamar y la bajamar.
Ahora bien, ¿comprendemos exactamente qué son las mareas y cómo se producen? Las mareas son movimientos periódicos de ascenso y descenso vertical de las aguas del mar debido principalmente a las fuerzas de atracción del sol y la luna. Hay un nivel mínimo que es la bajamar. De ahí comienza a subir durante la creciente hasta alcanzar un punto máximo que es la pleamar. Después vuelve a descender en la vaciante hasta llegar de nuevo a la bajamar. La diferencia de altura entre la pleamar y la bajamar se denomina amplitud de marea o carrera de marea. Cuando se dice que una marea ha sido de dos o tres metros se refiere a esta diferencia. Como curiosidad hay unos momentos en los puntos máximos y mínimos en los que no hay movimientos de las aguas. No es que se queden quietas, sino que dejan de tener esa tendencia de ascenso o descenso. Es el cambio de pleamar a bajamar o viceversa. Esto es el repunte de marea o estoa.
¿Y todas las mareas son iguales? No, varían y por ejemplo se habla de mareas vivas y muertas. Las mareas vivas presentan una amplitud de marea máxima, mientras que las mareas muertas es mínima. Esto tiene relación con las fases de la luna y la posición de la tierra a lo largo de su órbita anual alrededor del sol. Empecemos con la Luna. Tenemos tres elementos: el Sol, la Tierra y la Luna. Pongamos el Sol a la izquierda y la Tierra a la derecha alineados horizontalmente. Ahora situemos a la Luna girando alrededor de la Tierra. Puede estar en cuatro posiciones.
Si imaginamos un reloj la Luna puede estar a las 12 de la Tierra, encima. A las nueve, entre el Sol y la Tierra; a las seis, debajo de la Tierra y a las tres, a la derecha de la Tierra. Cuando la Luna está a las nueve entre el Sol y la Tierra hay luna nueva y cuando está a las tres y tenemos en horizontal Sol, Tierra y Luna por este orden hay luna llena. En estas situaciones hay una alineación de los tres cuerpos celestes, es decir una sicigia. Esto afecta a las mareas ya que las fuerzas de atracción de la Luna y el Sol se suman y hacen que la fuerza resultante sea mayor. Aquí entonces se dan las mareas vivas o mareas sicigias.
Cuando la Luna se encuentra en las posiciones doce, cuarto menguante, y seis, cuarto creciente, las fuerzas de atracción de la Luna y el Sol se contrarrestan parcialmente y hacen que la fuerza resultante sea menor. En consecuencia las mareas son de menor amplitud y se denominan mareas muertas o de cuadratura. Además sucede que la órbita de la Luna alrededor de la Tierra no es circular, sino elíptica, por lo que la distancia entre los dos cuerpos varía. Cuando la Luna está en el punto más cercano a la Tierra se denomina perigeo y esto conlleva un incremento en la intensidad de las mareas. El caso contrario es el punto más lejano, el apogeo. Cuando hay una marea viva o de sicigia y además la Luna se encuentra en el perigeo tienen lugar unas mareas muy intensas que se conocen como extraordinarias.
¿Y qué hay del Sol? Si nos olvidamos por un momento de la Luna podemos considerar a la Tierra girando alrededor del Sol en una órbita elíptica. Al Sol lo situamos en uno de los focos de la elipse, es decir si colamos la elipse con el lado largo en horizontal el Sol no está en el centro, sino un desplazado hacia uno de los lados de la horizontal. Pongamos la derecha. Así cuando la Tierra está a las tres está más cerca del sol que cuando está a las nueve.
Asimismo hay que tener en cuenta que el eje de la tierra está inclinado 23º, de modo que los rayos del Sol llegan con diferente inclinación a lo largo del año. Lo mismo sucede con la posición del Sol respecto al ecuador, esto es la declinación. La fuerza de atracción del Sol es mayor cuando la declinación es mínima y esto se da en los equinoccios, cuando la Tierra se encuentra en las posiciones doce y seis respecto al Sol. Así se suele hablar de que hay mareas vivas equinocciales en primavera, marzo, y en otoño, septiembre (si estamos en el hemisferio norte). En los solsticios, verano e invierno, la declinación es máxima y la atracción del Sol sobre la Tierra es menor. En cuanto a la distancia, como ocurre con la Luna, al ser una órbita elíptica hay un punto de mayor acercamiento, perihelio, hacia el 2 de enero y uno de mayor alejamiento, afelio, hacia el 2 de julio. Durante el perihelio las mareas son algo más intensas, pero menos que en las equinocciales, ya que son fechas de alta declinación.
Y hasta aquí un repaso a la importancia de las mareas, sus características y sus causas. Así que si vivís en la costa atención donde colocáis la toalla en la la playa durante la luna llena o nueva de septiembre, no vaya a ser que la marea sicigia equinoccial os pille desprevenidos y os la moje.
Crédito imagen: Free Photo / Pixabay
Referencias y más información
–http://www.divulgameteo.es/uploads/Las-mareas.pdf
–https://oceanservice.noaa.gov/education/tutorial_tides/welcome.html
–http://primerfoton.cl/2016/08/01/astrobasicos-2-las-fases-de-la-luna-y-de-los-planetas/

Doctora en Biología. Interesada por la divulgación de la ciencia.