Este libro fue escrito por Santiago Ramón y Cajal y publicado en 1899, por lo que ha pasado más de un siglo. Sin embargo, algunas de las ideas que contiene son aplicables hoy en día. Empieza tratando una serie de consejos para aquellas personas que se quieren iniciar en la ciencia. Que por ejemplo no den agotados los temas de estudio o evitar deslumbrarse por las obras de los maestros. Asimismo recomienda no desdeñar la ciencia básica por otra con aplicaciones más inmediatas.
Habla sobre las cualidades que deben presentar un investigador y destaca la perseverancia y la independencia de criterio. En relación a lo que debe saber, menciona tener una amplia cultura general, al mismo tiempo que especializarse en una rama del conocimiento. Recomienda la lectura técnica o la suscripción a revistas. Asimismo anima a dominar los métodos de trabajo.
Más adelante desarrolla las que denomina «enfermedades de la voluntad». Critica a aquellas personas que acumulan datos en su cabeza sin más aplicación, como enciclopedias ambulantes. Los que se dedican a la contemplación de la naturaleza o fenómenos físicos sin ir más allá del puro deleite. Aquellas personas que se pierden en hipótesis y teorías sin concretar nada.
Sobre las condiciones sociales favorables para la ciencia menciona la disponibilidad de medios materiales, la compatibilidad de la actividad profesional con la investigación. También alude al tema de la familia, llegando al punto de recomendar la esposa ideal para quien se dedique al ejercicio de la ciencia. De la redacción del trabajo científico subraya la importancia de una adecuada justificación, de una búsqueda y lectura bibliográfica, el desarrollo de los métodos empleados y el uso de ilustraciones. Además recomienda la publicación en revistas extranjeras con el fin de alcanzar el merecido reconocimiento.
Pero no sólo se dirige al alumno, sino que también tiene palabras para el maestro. A él se dirige contándole cómo encontrar discípulos aplicados o cómo debe guiar a los jóvenes investigadores. También alude al hecho de saber retirarse cuando ha llegado la hora. En la parte final de la obra encontramos un desarrollo del estado de la ciencia en España. Expone algunas hipótesis sobre su situación de atraso y a los órganos sociales les propone que se fomenten la estancias en el extranjero durante al menos dos años. Y que estas estancias las personas adecuadas y no por ejemplo gente demasiado joven. Asimismo habla de la posibilidad de importar personal docente de otros países para enriquecer la calidad de la enseñanza local.
El libro se lee y se entiende con claridad, aunque a menudo podemos encontrar palabras o expresiones en desuso tales como hogaño o sindéresis. Durante su lectura he podido comprobar que las recomendaciones básicas para alguien que se inicia en la ciencia no son muy diferentes a las que se podrían dar hoy día. Documentarse bien con bibliografía, ser concretos en el tema de estudio o ser pacientes y perseverantes. También he podido ver lo que ha cambiado la situación de la ciencia en un siglo. Por ejemplo, en la época de la obra la mujer estaba relegada y alejada de los laboratorios, hoy día su presencia está más extendida. Una obra recomendable para gente interesada en saber sobre la evolución de la ciencia en España y sorprenderse ante lo que ha cambiado y lo que sigue igual.
Ficha técnica
Título: Los tónicos de la voluntad
Autor: Santiago Ramón y Cajal
Editorial: Formación Alcalá
Año: 2009
ISBN 978-84-9891-039-1
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Doctora en Biología. Interesada por la divulgación de la ciencia.