Desvelado el misterio del río de leche gipuzkoano

A finales del año 2002 la espeleología vasca sorprendió con un descubrimiento de relevancia internacional. En el valle de Aizarna, en las entrañas del macizo de Ernio, tiene lugar un fenómeno hasta la fecha único en el mundo: un río blanco cuyo contenido recibe el nombre de mondmilch o leche de luna, fluye a lo largo de 300 metros de galerías hasta disolverse. Estudios llevados a cabo desde entonces por la Sociedad de Ciencias Aranzadi revelan el origen de este extraño líquido y la existencia de una nueva especie desconocida para la ciencia.

La región localizada en Gipuzkoa estuvo sometida a una intensa producción minera entre los siglos XIX y XX. Desde el año 1844 al 1924 llegaron a otorgarse más de 112 concesiones para la explotación de lignito, un tipo de carbón de escaso poder calorífico utilizado como combustible en la fabricación de cemento natural y del que se aprovechaban industrias como la fábrica de cemento Uriarte, Zubimendi y Cía. Las minas de lignito de Aizarna extraían una media de 3.000 toneladas por mina y año llegando a constituir en 1913 el 94% de la producción de lignito de la provincia con 22.286 toneladas de mineral extraído. Su explotación dejó de ser rentable cuando el precio del mineral decayó en el mercado y las minas fueron abandonadas. Entre ellas se encontraba la mina de Alzola, que fue perforada aprovechando una cavidad natural localizada en el fondo de una gran depresión de 40 m de diámetro y 20 m de desnivel donde se encuentra la entrada de una sima. Por lo que también se la conoce como la sima de Alzola o el agujero de Zabale (Zabaleko Zulotoa).

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La cavidad de -90 m de desnivel presenta 1 km de galerías de las que aproximadamente la mitad son artificiales, intercaladas con cuevas naturales de formaciones rojizas y negras muy infrecuentes. Es en esta sección a 22 metros bajo tierra (-42 m de desnivel) donde se encuentra la cavidad de calizas Urgonianas de edad Aptiense-Albiense que contiene el río. En condiciones de 100% de humedad relativa y 12ºC de temperatura, este flujo blanquecino de consistencia lechoso-pastosa como el yogur y 40-60 cm de profundidad, fluye a razón de 0,05 – 0,1 litros/segundo a lo largo de cientos de metros hasta diluirse con el aporte de otras filtraciones tras pasar un régimen turbulento (2-5 l/s). Es precisamente esta condición líquida la que le concede su exclusividad, ya que hasta entonces el mondmilch sólo se había encontrado en estado sólido en superficies muy pequeñas.

Fue en 1555 cuando un naturalista suizo llamado Konrad Gessner descubrió en los prealpes suizos este material plástico en la cavidad de Höhle Mondmilchloch (Caverna de Leche de Luna) del monte Pilatus. Al exprimir este precipitado de calcita pastoso, caía un líquido blanco que fue utilizado en la farmacopea antigua como parte de los tratamientos para la curación de fracturas, fiebres, diarrea, disentería y como ungüento balsámico contra las úlceras cutáneas y para el tratamiento de la piel. También llegó a suministrarse a las vacas en los Pirineos para mejorar la lactancia. Se desconoce si estos remedios tenían algún sentido, lo que sí ha dejado de ser un misterio, gracias al microscopio electrónico de barrido, es lo que diferencia al típico mondmilch del río Gipuzkoano. La sustancia blanca contiene oxígeno, hidrógeno, aluminio, calcio, azufre, sílice y carbono en menores cantidades, además de materiales ferruginosos procedentes de la cavidad, por lo que se adivina la presencia de yeso. Sin embargo está compuesta fundamentalmente por gibsita, un hidróxido de aluminio formado por cristales de 100 nanómetros, veinte veces más pequeños de lo que cabría esperar para el mondmilch, lo que le confiere su particularidad líquida. Todo apunta a que las bacterias no tienen que ver en el proceso, sino que es consecuencia de la disolución y meteorización química natural de las rocas y minerales presentes en la zona, que disgregan el material deleznable en partículas mucho más pequeñas de lo esperable.

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Alzola también despierta interés desde el punto de vista biológico. A pesar de que aún no se ha estudiado la fauna de microartrópodos, ya se han identificado 32 especies animales, 10 de ellas troglobios o especies adaptadas a la vida cavernícola y cuatro grupos de bacterias. Entre ellas cabe destacar los troglobios, de los que Gipuzkoa también es potencia mundial. Animales tan confinados a su cueva particular que ésta se podría comparar con un planeta asilado del que no podrían salir sin consecuencias, por lo que no es extraño encontrar especies únicas que no existen en otra parte del mundo. Nueve de esas diez especies de troglobios encontradas son endémicas de la región vasca, cuatro de Gipuzkoa. De estas cuatro, tres se encuentran en el macizo de Ernio y una de ellas, una nueva especie de pseudoescorpión (Neobisium, subgénero Blothrus) sólo se conoce en la sima de Alzola. Se trata de un arácnido sin cola ni aguijón de menos de un centímetro que todavía se encuentra en estudio. Del resto de animales no troglobios, pero sí troglófilos, resaltar dos especies de miriápodos: una del grupo de los ciempiés (Chilopoda) y otra de los milpiés (Diplopoda), endémicos de la provincia.

Aún no se han descubierto formas de vida en el mondmilch, pero a pesar de que ciertos elementos como el aluminio, hidróxidos, sulfatos y bicarbonatos presentes en la sustancia podrían limitar la presencia de organismos, se cree que contiene la suficiente materia orgánica y microorganismos para sustentar las necesidades de un anélido presente en sus inmediaciones.

Cuenta la leyenda que las lamias vivían en cuevas y se bañaban en arroyos a menudo descritos como lechosos. ¿Podría esta coincidencia ser fruto de la imaginación o se llegó a descubrir un río de leche de luna en el pasado? Los científicos no descartan que puedan encontrarse más en futuras investigaciones, de lo que sí advierten es de la fragilidad del ecosistema. Con un entorno único y once especies endémicas, la mina-sima de Alzola acabaría sucumbiendo a la curiosidad pública en tan sólo unos años, por lo que para evitar su deterioro debemos conformarnos con las fotografías. Como si de una obra de arte se tratase, se mira pero no se toca.

REFERENCIAS

Fotografía © Rafa Subiría y Juan A. Zaragoza (Sociedad de Ciencias Aranzadi), ver referencias.

GALÁN, Carlos, 2002. Hallazgo de un río subterráneo de leche de luna (mondmilch) en la sima-mina de Alzola (Gipuzkoa): descripción de la cavidad. Sociedad de Ciencias Aranzadi. Diciembre 2002.

GALÁN, Carlos & LEROY, Eric, 2005. Novedades sobre el río subterráneo de leche de luna (mondmilch) de la sima-mina de Alzola (Gipuzkoa, País Vasco). Novedades sobre el río subterráneo de leche de luna (mondmilch) de la sima-mina de Alzola (Gipuzkoa, País Vasco). Sociedad de Ciencias Aranzadi. Enero de 2005

GALÁN, Carlos, 2006. Fauna cavernícola y poblaciones bacteriales de la sima y río subterráneo demondmilch de Alzola (Gipuzkoa). Sociedad de Ciencias Aranzadi. Febrero de 2006.

GALÁN, C. & VERA MARTIN, C., 2009 Espeleotemas subacuáticas de yeso y gibsita en el río subterráneo de moonmilk de Alzola: Caracterización química y estructural por microscopio electrónico de barrido (SEM), microscopio de fuerzas atómicas (AFM), espectroscopía Raman y espectroscopía por fotoelectrones de rayos X (XPS).

ZARAGOZA, J. & C. GALAN. 2007. Pseudoescorpiones cavernícolas de Gipuzkoa y zonas próximas. Pag web aranzadi-sciences.org, Archivo PDF, 14 pp + Re-editado en página web Cota0.co

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