Con la llegada del verano arranca la temporada de playas y esa irresistible tentación de atemorizar a los más pequeños imitando a un tiburón al ritmo, por supuesto, de la banda sonora del compositor John Williams. No importa si nunca la ha escuchado, la insistencia de esas dos únicas notas causará la espantada, no sólo del niño objetivo, sino de algún que otro adulto prudente. Y es que tenemos tan arraigado ese pánico al verdugo del mar que creemos que lo único que puede haber peor que un tiburón es otro tiburón más grande. Al fin y al cabo, ¿quién se atreve a desafiar a quien está en la cúspide de la cadena alimenticia marina? Tal vez un antiguo enemigo, un cazador implacable capaz de comerse a ese tiburón. No, no me refiero al hombre, sino al mosasaurio.
Este gigantesco animal, convenientemente exagerado en sus dimensiones, fue protagonista de una de las escenas más impactantes de la película Jurassic Word; siendo el broche final del tráiler y apareciendo en numerosos carteles promocionales. A pesar de lo sugerente de su nombre, ni era un dinosaurio ni vivió en el periodo Jurásico, fue bastante posterior. No obstante seamos compasivos y perdonemos a la productora porque bien merece forzar un gazapo para disfrutar de tremendo reptil que además, ignorando el tiempo geológico y nuestra inexistencia en esos tiempos, ha sido nuestro vecino.
Los mosasauridos fueron reptiles marinos que vivieron principalmente en la edad Maastrichtiense correspondiente al Cretácico Superior (72,1-66 millones de años) y que se extinguieron a la par que los dinosaurios. En ese tiempo, cuando la mayor parte de lo que es ahora Euskadi permanecía bajo las aguas, fueron moradores del mar de Tetis que ocupaba su lugar. Prueba de ello son los restos fósiles encontrados bajo la Sierra de Urbasa, cercana a la localidad de Olazti (Navarra) y en la cantera de Laño a unos 30 km de Vitoria. Entre dientes aislados, vértebras y los restos del primer y más completo cráneo encontrado en la península Ibérica (OIGM – LU 799, de Prognathodon cf. Sectorius, Navarra) hasta la fecha, se han podido clasificar la subfamilia Mosasaurinae con los géneros Mosasaurus y Prognathodon; y la parafamilia Russellosaurina con los géneros Platecarpus y Tylosaurus. Unas seis especies distinguidas entre algunos fósiles que permanecen en incógnita (Ver referencias). Por lo que no sólo existieron sino que fueron bastante diversos en la región Vasco-Cantábrica.
La mayor especie conocida de esta familia de Mosasauridos es precisamente un mosasaurio, concretamente el Mosasaurus hoffmanni con sus 17,6 metros de longitud, una medida entre ballena jorobada y cachalote. Su anatomía consistía en un cuerpo articulado de alrededor de 100 vértebras que le daban flexibilidad y que junto con la larga cola aplanada le servía para nadar sinuosamente en el agua a unos 50 km/h. Mientras que la cola ejercía los papeles de timón y propulsor, las cuatro extremidades con forma de aleta lo ayudaban a desplazarse a modo de estabilizadores para controlar la dirección del movimiento. El resultado es un animal perfectamente adaptado para moverse en el medio acuático y que, a pesar de que se piensa que podía respirar fuera del agua, probablemente sólo se acercase a la costa para aprovecharse de la alta concentración de alimento con el peligro de quedar varado en la orilla. Esta condición acuática y evidencias fósiles de neonatos en zonas que entonces se encontrarían en mar abierto parecen sugerir también que se trataba de animales vivíparos, es decir, que gestaban a sus crías y las parían una vez desarrolladas.
Sin embargo, quizás sea la cabeza la que hizo que el mosasaurio diese el perfil para superar el casting de la película disfrazado de dinosaurio. Sin duda un depredador con largas y potentes mandíbulas repletas de dientes, incluido el paladar, es algo en lo que uno se fija. Pero esos dientes no servían para masticar sino para atrapar a la presa, por lo que no estaban muy especializados. Pese a sus hábitos carnívoros, el mosasaurio no era selectivo a la hora de cazar. Se cree que acechaba a cierta profundidad y cuando detectaba un alimento potencial nadaba verticalmente con las fauces abiertas para capturarlo. Gracias a una articulación en la mandíbula inferior podían desencajar la boca más allá de lo que se considerarían los límites normales, moverla hacia los lados y, como una serpiente, deglutir entera a la presa. A saber: peces, cefalópodos (amonitas), y reptiles como tortugas, elasmosaurios y otros mosasaurios de menor tamaño. Dada la antigüedad de los tiburones (±400 Ma. para las primeras versiones) probablemente también contasen entre sus presas y sin duda les hubiesen gustado las personas en el sentido más orgánico del verbo.
Así pues, no sé si el tiburón gozará de título nobiliario pero desde luego no fue el rey del mar y no lo es ahora cuando puede ser cazado por los grandes pulpos del Pacífico (Enteroctopus dofleini). Es cierto que el mar Cantábrico cuenta con tiburones que de vez en cuando se dejan ver cerca de la costa, pero no atacan, seguramente porque no nos confunden con sus presas habituales en esta zona. Es hora de dejar de alimentar el falso mito del tiburón asesino que vive por y para comerse a las personas. Si sospecháis que este verano vais a ser objeto de amenazas por parte del ataque del tiburón, siempre podéis patentar el ataque del mosasaurio. Ahora bien, descartando a sus conespecíficos, ¿quién se comería al mosasaurio?
REFERENCIAS
IMAGEN. Representación un Mosasaurio realizada por Raaden (ZBrushCentral).
Bardet, N., Pereda Suberbiola, X., Corral, J.C., Baceta, J. I., Torres, J.A., Botantz, B. & Martin, G. 2012. A skull fragment of the mosasaurid Prognathodon cf. sectorius from the Late Cretaceous of Navarre (Basque-Cantabrian Region). Bull. Soc. géol. France, t. 183, no 2, pp. 117-121
Bardet, N., Martin, G., Corral, J.C., Pereda Suberbiola, X. & Astibia, H. 2013. New mosasaurid teeth (Reptilia: Squamata) from the Maastrichtian of Albaina (Laño quarry, Condado de Treviño). Spanish Journal of Palaeontology, 28 (1), 69-78.
Especies clasificadas entre País Vasco y Navarra hasta la fecha: 1. Mosasaurus lemonnieri; 2. Mosasaurus hoffmanni; 3. Prognathodon solvayi; 4. Prognathodon cf. Sectorius; 5. Platecarpus cf. Ictericus; 6. Tylosaurus sp.

Doctoranda en Biología, editora y escritora cuando la vida me deja. | Las vacunas salvan vidas y la única tierra plana que venero pertenece a Terry Pratchett.