Director: James Gray
Actores: Brad Pitt, Tommy Lee Jones, Donald Sutherland, Ruth Negga, Liv Tyler.
Año: 2019
Anunciada como una película espacial, comparándose con Gravity e Interestellar y con su director James Gray declarando que quería mostrar el viaje espacial de la forma más realista que lo ha mostrado el cine, puedo decir que no lo es.
Durante las 2 horas largas que dura esta película, nos ponen delante el argumento de un hijo que busca a su padre para salvar la Tierra. Pero que por algunos momentos me ha recordado más a un intento de la búsqueda del coronel Kurtz en Apocalypse Now, pero sin llegar a serlo. Antes de hacer algunos spoilers daré mi puntuación que es un 5/10 y es más, un lentísimo drama sobre padres ausentes donde las leyes de la física funcionan a ratos que una película de ciencia ficción muy realista, que es como nos la venden.
SPOILERS
Nuestro protagonista, encarnado por Brad Pitt, es astronauta al igual que lo fue su padre; el cual lideró una misión espacial para la búsqueda de vida extraterrestre, que partió de la Tierra hace 26 años y lleva 16 años desaparecida. Al principio de la película la Tierra es golpeada por un pulso de energía desconocida que provoca importantes daños y el US Space Command sospecha que aquella expedición perdida puede estar involucrada. Creen que es por la generación de anti-materia, que podría acabar destruyendo todo el sistema solar y no hay tiempo que perder.
Al inicio de la película, nuestro protagonista está trabajando con mucha gente en la Antena Espacial Internacional cuando es golpeada por el pulso. Ésta estalla y nuestro protagonista consigue ser el único superviviente. Mientras cae, atraviesa la atmosfera, despliega su paracaídas —el cual es atravesado por trozos de la antena— y llega al suelo sano y salvo sin que supere en ningún momento las 80 pulsaciones por minuto. Muy realista, tanto como Indiana Jones y Lara Croft lo son trabajando como arqueólogos.
La mejor forma de contactar parece ser enviar un mensaje del protagonista a su padre. Pero resulta que las comunicaciones de largo alcance de la Tierra están dañadas. La única forma es hacerlo desde una base en Marte pero para no alertar a la población, le mandaran en un vuelo comercial a la Luna. Tendrá que coger un transporte para ir de una base a otra y una vez allí un cohete para ir a Marte.
No hay que perder tiempo, pero en vez de grabar un mensaje de voz, transmitirlo a Marte y que de allí lo retransmitan a la nave que está en la órbita de Neptuno, mandamos al protagonista dando un rodeo para despistar a la opinión pública. Uno piensa en un primer momento que no hay comunicaciones a esa distancia funcionando en la Tierra, pero sí que las hay y las leyes de la física no les afectan: son en tiempo real, nada de esperar como en series como The Expanse, varios minutos e incluso horas a recibir una respuesta.
Mientras viajan de una base a otra de la Luna su convoy es atacado por piratas, porque resulta que parte de la Luna es zona de guerra entre las compañías mineras. Me voy ahorrar los comentarios. Durante la persecución con los piratas, las leyes de la física funcionarán o no a conveniencia. El plot armour funciona muy bien y el protagonista junto con su compañero resultan los únicos supervivientes del convoy.
Una vez en la otra base lunar, su compañero/escolta lo deja pero le dice que su padre sigue vivo. Él se va de viaje en otro cohete hacia Marte, pero la nave recibe un Mayday de una nave de investigación médica con animales con bandera noruega. Aunque en teoría están en una misión a contrarreloj por salvar al sistema solar, deciden pararse como en los videojuegos de mundo abierto cuando te enfrentas a una crisis de fin del mundo y te entretienes para ayudar a una anciana a recolectar sus veinte lechugas y a buscar a sus cincuenta gallinas —cada una de un color diferente— que se han escapado y han acabado repartidas por todo el planeta. El jefe final ya nos esperará otros cinco días más. Pues esto igual, no solo paran ante la nave que transmite el Mayday pero no responde a las comunicaciones, sino que envían a dos personas a investigar qué ha ocurrido. Y exacto, como si fuese un videojuego, nuestro protagonista, que es una pieza en teoría indispensable para salvar a todo el puñetero sistema solar, es uno de los que van a investigar.
Allí unos mandriles asesinos han matado a la tripulación y matan al acompañante de nuestro héroe, que consigue huir. No os preocupéis porque todo el tema de los mandriles asesinos y de la nave noruega no tienen ninguna importancia en la trama. Uno podría pensar que está para rellenar, pero es que la película se te hace larguísima. Así que si durase 20 minutos menos no le haría ningún mal.
Llegan a Marte, pero son sacudidos por otro pulso y nuestro héroe toma el control de la nave y logra aterrizarla salvando a toda la tripulación. Recordad en este punto que si hubiesen grabado el puñetero mensaje en la Tierra y transmitido a Marte nos habríamos ahorrado todo esto y además seria cosa de 8 minutos en vez de un viaje de varias semanas. Graba los mensajes y reciben respuesta, pero no le dejan ir. Allí un habitante de la estación le enseña una grabación secreta donde se muestra al padre de nuestro héroe confesando que la tripulación se amotinó, cometió sabotajes y quería regresar a casa en vez de seguir buscando vida extraterrestre, así que para acabar con el motín los mato a todos. El nuevo objetivo de la misión es matar a su padre y detener los pulsos. Pero no le dejan ir por las implicaciones emocionales.
Nuestro héroe se cuela en el cohete. En este va una misión a Neptuno para matar a su padre. La tripulación lo intenta detener durante el lanzamiento pero acaban todos muertos y, de nuevo, él es el único superviviente. Es como Angela Lansbury, si estas en la misma habitación que ella acabas asesinado. Les pasó a sus compañeros de la Antena Espacial, a los del convoy en la Luna, al que le acompañó a investigar la nave con mandriles asesinos y ahora a toda la tripulación del cohete.
Llega a la nave de la expedición perdida, al fin, planta una bomba nuclear, se reencuentra con su padre, recoge los resultados y éste le explica que examinaron con los telescopios cientos de mundos pero jamás encontraron vida; y que él sigue obsesionado con encontrar vida inteligente pero resulta que estamos solos en el universo. El protagonista se lo quiere llevar de vuelta a la Tierra, pero él se niega y al final acaba flotando a la deriva. Como la nave está dañada, decide impulsarse con un trozo de la otra nave y emplearlo después como escudo. Una vez dentro de su nave, a salvo, emplea la onda expansiva de la explosión para impulsarse a la Tierra sin que su nave sufra ningún daño (debe de ser de Adamantium del universo Marvel) y volver sano y salvo y reencontrarse con su exmujer.
Gamer, seriefilo y amante de los libros.